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miércoles, 12 de mayo de 2010

Un poco de historia del Ex libris









Los ex libris –vocablo latino que significa de los libros de –son cédulas de papel que se adhieren a las guardas de los libros o en la parte interna de alguna de sus tapas y que denotan no solo propiedad, sino un gran aprecio por los libros que se poseen; éstos pueden ser manuscritos o impresos, suelen presentar una viñeta y un lema que expresa los gustos, la profesión o simplemente la afición por los libros del propietario.

Su presencia ha acompañado al libro a lo largo de su historia, desde el más antiguo del que se tiene noticia del dios Amenophis III –rey de Egipto en el año 1400 a.C, y que es una pequeña placa de barro adherida al papiro titulado Libro de sicomoro y del datilero, o ya en forma de grabado el del capellán Hans Igler con la imagen de un puercoespín y con una leyenda en letra gótica, datado cerca del año 1450. Su presencia fue constante y rica en expresiones artísticas durante los siglos XVI, –con Durero, Cranach, Holbein– XVII y XVIII, –con Goya, Gravelot, Kohl– XIX –con Klimt y Breadsley– y en el siglo XX –con Kent, Cocteau, Dalí, Escher– por mencionar algunos.

Su incorporación en las prácticas librescas en México se dio durante el periodo colonial en las bibliotecas conventuales –al lado de las marcas de fuego– y siguió presente en el México independiente, como muestra de la relación tan personal que los poseedores mantenían con sus libros.

Ya en el periodo del México moderno hubo una renovación de la tradición al incorporarse un heterogéneo grupo de artistas entre los que se incluían a pintores, caricaturistas, periodistas, literatos y dibujantes; entre los más destacados se encuentran Julio Ruelas, Saturnino Herrán, Jorge Enciso, Roberto Montenegro, Valerio Prieto, Antonio Cortés, Mateo A. Saldaña, Ernesto García Cabral, Carlos Neve, Diego Rivera y Miguel Covarrubias.

Por iniciativa de José Vasconcelos, en los años veinte hubo un importante impulso a las artes plásticas, surgiendo las Escuelas al Aire Libre en las que se formó un nuevo grupo de artistas comprometidos con la cultura, el arte y especialmente con el mundo editorial entre los que destacan Julio Prieto, Abelardo Ávila, Tamiji Kitagawa, entre otros.

El Taller de Gráfica Popular, la activa organización de artistas y grabadores contó con algunos miembros que realizaron singulares ex libris como Leopoldo Méndez, Carlos Alvarado Lang, Alberto Beltrán, Federico Cantú y Fernando Castro Pacheco.

Ya en la década de los cincuenta con el grupo opositor a los nacionalistas llamado “Ruptura”, algunos de sus integrantes realizaron algunas piezas de ex libris, como es el caso de José Luis Cuevas, Pedro Coronel y Pedro Friederberg.

Para la década de los 90, la tradición había sido prácticamente olvidada –a excepción de algunos casos aislados–, pero hubo un resurgimiento, esta vez proveniente de algunos destacados caricaturistas de la época como El Fisgón, Jotavé, Helguera, Helio Flores y algunos grabadores entre los que se cuentan a Joel Rendón, Artemio Rodríguez y Reynaldo Velázquez.

En la actualidad el principal esfuerzo que se realiza en este terreno, es el que lleva acabo Selva Hernández al frente de la Asociación Mexicana de Ex Libris, la cual integra a un grupo de artistas como Nunik Sauret, Francisco Quintanar, Artemio Rodríguez, Joél Rendón, Carolina Viñamata, Felipe Cortés, Emmanuel García, además de bibliófilos, coleccionistas y personas interesadas en fomentar el uso del ex libris y evitar la desaparición de esta tradición.


Fuentes de consulta y origen de las imágenes mostradas:

HERNÁDEZ LÓPEZ, Selva & LÓPEZ CASILLAS, Mercurio, Ex libris mexicanos: artistas del siglo XX, Editorial RM, México, 2001.

LEÓN, Nicolás, Ex-libris de bibliófilos mexicanos. Colección formada por Nicolás León y continuada e ilus. con notas biográficas por Juan B. Iguíñiz, Imp. del Museo No. de Arqueología, Historia y Etnología, México, 1913.

QUINTANA, José Miguel, Un ex-librista y los ex-libris, Sobretiro del Boletín del Inst. de Investigaciones Bibliográficas, no. 4, jul.-dic. de 1970 p. 51-53, México, 1970.

TEIXIDOR, Felipe, Ex libris y bibliotecas de México, Secretaría de Relaciones Exteriores, Monografías bibliográficas mexicanas No. 20, México, 1931.

DE LA TORRE VILLAR, Ernesto, Ex libris y marcas de fuego, UNAM, Coordinación de Humanidades, México, 1994.

ESTEVE BOTEY, Francisco, Ex libris y exlibristas, Aguilar, Madrid, 1949.

4 comentarios:

  1. Que buna iniciativa! me encanta

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  2. Gracias por tus comentarios Antonio!
    Ya tenemos confirmada tu participación, así que ya eres parte de amor libro!

    Un saludo

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  3. Sería interesante hacerte notar que en Argentina hace 20 años que Xylon viene trabajando para la difusión del Ex-libris, organizando concursos, dando cursos y enseñándolo en las escuelas de arte, antes de la reforma del IUNA.
    Muchísimos artistas de nuestro país participan en salones internacionales y hemos sido un ejemplo a toda América Latina para la difusión de esta técnica que estaba casi perdida.
    En Argentina existió una sociedad de Ex-libris, en los años 50 y hoy en día existe GADEL (Gente Amiga Del Ex-Libris) dentro de la sociedad Xylon.

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  4. Hola amigos, que buena iniciativa, soy docente de historia del arte en un programa de diseño grafico y estoy interesado en motivar a los alumnos al conocimiento y la realización de Ex-Libris asi que cualquier información que me puedan enviar les agradezco inmensamente, estoy en Colombia y apenas empiezo a indagar si existen asociaciones en colombia de todas maneras pedire la ayuda de ustedes para evaluar los trabajos de los muchachos un abrazo para todos y felices fiestas

    JAIME RESTREPO MAYA
    LA FELICIDAD COMIENZA CON TU SONRISA
    jarestrepo@funandi.edu.co

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